Tras la emigración, se recompone el hogar: familias que se reúnen después de varios años de separación, nuevas parejas hispano-cubanas, reencuentros inverosímiles.
Fotografías
Mis padres, mi hermano y yo nacimos en Cómpeta, un lugar de labriegos en Málaga, pero antes de que yo cumpliera un año todos emigramos a La Habana.
Mi esposa Irene y yo llevamos unidos muchos años, parece que será por siempre… ella es cubana y yo soy español, qué mejor combinación podría existir.
Mi abuela cubana Clara Daudinot, se casó con mi abuelo español Santiago Zavala, en 1908 en Guantánamo, donde tuvieron doce hijos, entre ellos mi madre.
Mi abuelo materno emigró en 1867 con doce años a Cuba, donde más de un siglo después yo me he acogido a la ciudadanía española por opción.
Yo nací en Santander en 1913 y de niña mis padres me trajeron a Cuba, donde me casé con un cubano que conocí como asociada del Miramar Yath Club.
Nací en Madrid el día de San Juan de 1929, siendo hijo de español y cubana, por lo que de joven hice varios viajes de visita a la familia materna aquí.
En La Habana conocí a Carlota, con quien además del matrimonio me unen estas cartas, poemas y canciones que nos dedicamos a lo largo de tanto tiempo…
Mis padres, hijos de españoles y cubanos, se casaron en la ciudad de Cienfuegos, donde yo nací y poco después nos mudamos para La Habana.
Mi abuelo materno nació y vivió en Extremadura hasta que el Servicio Militar lo trae a Cuba, donde conoce a una cubana tan bella que lo hizo desertar.
Uno de los momentos culminantes de los vínculos entre La Habana y Castilla León fue la inauguración en 2003 de la sede de la Colonia Zamorana de Cuba.
Esta es una de mis fotografías preferidas, junto a mi madre cubana y mi padre español… como me alegra cada vez que la vuelvo a mirar!