América era, para la emigración española, una promesa de nuevas oportunidades, la dedicación profesional y académica permitió, en muchos casos, cumplir esos sueños.
Impresos
Desde 1956 hasta inicios de los sesenta pertenecí al Club de Jardineros de Cuba, con sede en la calle 58 y 35, Reparto Columbia, en el municipio Marianao.
Mi padre siempre trabajó de afilador, oficio muy vinculado a nuestros orígenes familiares en Orense, al que luego yo también me dediqué en Cuba.
La Secretaría de Administración Municipal de La Habana expidió esta autorización como chofer de automóviles a favor de mi padre en 1913.