Las sociedades de emigrantes españoles llegaron a mantener sus tradiciones y su folklore, así como el vínculo cultural que los une.
Impresos
Este es el comprobante de pago de la Sociedad Castellana de Beneficencia, a la que estamos asociadas como naturales españolas de origen manchego.
Desde los años setenta integro la Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia, aunque nací en Murcia, pero esa comunidad no tiene sociedad aquí.
Como muchos otros españoles en Cuba, mi padre nacido en Navarra se inscribió en el Centro Asturiano de La Habana, por su Quinta de Salud y demás.
Como hija de canario pertenezco a la Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera” el nombre de la madre canaria del Apóstol cubano José Martí.
Este es el logotipo oficial de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Andalucía y sus Descendientes, con su lema institucional.
No es nada extraño que un gallego fuera miembro del Centro Asturiano de La Habana, como refleja este carné de mi padre natural de Orense.
La Sociedad de Beneficencia Andaluza conserva todos los comprobantes de la administración fiscal emitidos por el Ministerio de Hacienda de Cuba.
Con más o menos actividades, la Beneficencia Andaluza ha mantenido un programa de trabajo anual que muchas veces tiene su eco en la prensa escrita.
Muchas revistas cubanas de la primera mitad del siglo XX tenían secciones dedicadas a reflejar el desenvolvimiento de la vida española en este país.
Este es mi comprobante de pago por miembro de la Colonia Salmantina de Cuba, que nosotros integramos al no haber sociedad de riojanos aquí.
A inicios del siglo XX, la colonia de origen cántabro en Sancti Spiritus editaba la revista quincenal “La Montaña”, para regocijo de españoles y cubanos.